lunes, 25 de noviembre de 2013

El desafío de los treinta días a mi manera (10)

Me parece que me voy a tener que poner las pilas, porque quedan cinco días. Voy a apretar el paso.

Retrospectivamente, tocaba "el enemigo favorito al que me he enfrentado".

Me pasa como con el peenejota memorable: no ha habido gran cosa en el campo de los malotes. Sin embargo, sí hubo un par de encuentros MEMORABLES, que hacen de esos malotes algo digno de tener en cuenta:

Jugando las infames Minas de Mondoullin, que salían en la Líder, en RuneQuest, nos enfrentamos con dos enanos vampiros. Los cabrones estaban dopados hasta las cejas, con unos sudarios encantados con puntos de armadura que cágate lorito. Las pasamos bien perras, pero al final nos cargamos a uno y al otro... no me acuerdo. Pero les recuerdo.

En las mismas minas nos enfrentamos con más enanos: enanos licántropos. Los recordaré siempre como unos favoritos por el cabezón que tenían. En RuneQuest darle a alguien en la cabeza era mítico: era el sacar un 20 natural en D&D (sólo que con 19+, normalmente), y molaba. Estos enanos eran unos cabezones de cuidado: les dabas en la perola con 17+ Fue un festival de decapitaciones.

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