lunes, 25 de noviembre de 2013

El desafío de los treinta días a mi manera (11)

Poniéndome las pilas, tocaría "el personaje favorito que he llevado". Tengo, creo yo, tres, y no sabría decidirme entre ellos.

El primero fue Anatole Rebolledo. Pícaro mediano que pasó de AD&D a D&D 3.0 y que tiene el rarísimo mérito de haber llegado a nivel 7 sin haber sufrido jamás un solo punto de daño. Y ese fue en 3.0, así que su medalla es "siete niveles en AD&D sin daño". Llegó a nivel 12, y se acabó la campaña. Me lo pasaba muy bien con ese mamoncete, aunque el máster no daba mucho hueco a la parte del roleo, la cosa mejoró cuando entró otro pícaro mediano en el grupo. 

Desplumado, chamán de Cuervo en Shadowrun, fue otro con el que disfruté muchísimo. No tengo anécdotas específicas, pero sí que me lo pasé muy bien jugando con aquel grupo y las cosas que le pasaron a Desplumado. Entre ellas, ver pasar a muchos grupos, y sobrevivirlos a todos.

Y, claro, Bruff Braffer, de los Bruffer de Braff, guerrero enano de AD&D, al que le pasó de TODO. Al principio le hizo memorable el tema de tener fuerza 18/98, luego ya fue todo lo que pasó, y cómo lo jugábamos. Le perdí el gusto al personaje cuando pasamos a 3.0: no las reglas, sino lo mucho que bajó el nivel de dificultad, hizo que de repente, hacer burradas con Bruff ya no fuera tan divertido.

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