sábado, 23 de noviembre de 2013

El desafío de los treinta días a mi manera (5)

Hoy toca "la sesión que más ha durado".

Técnicamente, tendría que ser la misma del sándwich, ya que fue una sesión casi non stop de una semana. Pero, como hicimos paradas técnicas, lo dejamos para dormir, jugar a Killer y cuando lo de la chimenea y la adormidera (larga historia), pues va a ser que no.

Después de esa, recuerdo dos sesiones especialmente maratonianas: una que dirigí a DC Heroes, que empezamos a eso de las cuatro o cinco de la tarde y la dejamos a media mañana del día siguiente. Fue un desbarre: yo llevaba partida preparada como para una sesión normal y me pasé tres cuartas partes improvisando de mala manera. Acabé poniendo hordas de secuaces por MILES, uno se quedó dormido, comentamos "mira, Fernando se ha quedado sopa", a lo que reaccionó con un "¡ataco, ataco!", cogiendo los dados (cualesqueira) y arrojándolos.

Bueno, tendríamos 14-16 años, se entiende.

Y otra brutal fue una partida que dirigí a Shadowrun, que duró tres días con dos noches en un puente de la Inmaculada. Hubo pausas, pero sólo para cambiar de entorno: cerraban el local, íbamos a otro sitio, el local abría, íbamos allí... Aunque hubo pausas de quedarse dormidos, cumplimos con el objetivo marcado. Los ratos que me quedé dormido yo, el resto de la mesa siguió jugando, en plan interacción entre personajes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario