miércoles, 27 de noviembre de 2013

El desafío de los treinta días a mi manera (17)

Pues hoy toca "defínete como jugador de rol".

Puta.

Bueno, también impulsivo.

Soy un jugador superviviente: interpreto a mis personajes y, dentro de lo que son y lo que hacen, lo que busco es que sobrevivan. La cosa es que (y esto va a sorprender a más de uno), eso implica que, si puedo, también evito la confrontación y matar peenejotas. 

Menos los goblins: esos, me encanta matarlos y torturarlos.

Aunque me gusta pensar que soy un jugador de equipo, si tengo que hacer algo en contra del equipo lo hago. Antes me costaba más romper el tabú de "los pejotas no se matan". Ahora, a fuerza de costumbre, he criado callo y ya me cuesta menos :-P

Aunque juego los personajes como considero que harían en las circunstancias en que se encuentren, para mí lo primero es que la partida siga. No creo que un personaje "haga eso porque es lo lógico aunque se joda la partida o quien sea", creo que un personaje puede actuar de formas diferentes en una misma circunstancia, y si tengo distintas posibilidades, siempre tiendo a escoger la que cumpla (o más se acerque) a dos condiciones:

- Su supervivencia.
- Que la partida siga.

Si sólo se puede cumplir una de las dos, prima la partida sobre mi personaje.

Pero cuidado: no soy de los que huyen y dejan al grupo abandonado. Si escapo, es cuando no queda nadie más. Soy de los de "vamos a ir rapidito a acabar la mazmorra, porque así encontramos menos trampas y menos mostros".

También soy de los que tienen SIEMPRE en mente los peequis y el tesoro. Si juego a mazmorreo, MÁS AÚN. De forma consciente, los utilizo como acicate para hacer cosas. No es que no las haga si no hay peequis o tesoro por ello, pero me divierte más hacerlo POR los peequis y el tesoro que sólo hacerlo.

También soy de los que fuerzan las reglas y desecha ventajas del personaje por hacer cosas chulas, o que a mí me lo parecen. 

Como ejemplo, Gary Peachskin, bárbaro en 3.x/PF o lo que fuera aquello. Una vez le tiré el mandoble a uno, porque molaba más tirárselo que ir a por él y clavárselo, como suelen hacer los bárbaros decentes. "Tienes -4 por no tener la competencia y -4 porque LOS MANDOBLES NO SE TIRAN". "Yo sí los tiro: en mi tribu era el mejor lanzador de mandobles, y cuando maté a Groñorf, de la tribu de al lado, fui también el segundo mejor de la comarca entera" (también soy de esos jugadores que inventan trasfondo, historias y mundo a medida que juegan) "Así que ¿-8?" "Si" "Pues lo tiro con la izquierda".

Un mandoble perdido por ahí después, y viéndome desarmado y ante un enemigo cabreado porque había intentado clavarle un mandoble arrojadizo, agarré a otro enemigo por el pescuezo y me lié a personazos con el otro tío, consiguiendo el que creo es mi primer crítico de ataque con persona, y matando a dos enemigos de un ataque. Mientras atacaba, picaba al máster preguntándole si por casualidad el otro no querría intentar hacerme un "sunder weapon".

En una sesión posterior, con la excusa de "me da pereza sacar el mandoble para un solo enemigo", embestí. Pero no al enemigo: a una columna que teníamos en medio. Me salió la tirada de ataque contra columna, me hice el daño ("en mi tribu somos bárbaros intelectuales: cargamos con la frente por delante") correspondiente, y me cargué a alguien de un columnazo. Había más columnas, la mazmorra no corría peligro.

Todo eso no da peequis en 3.X/pf, pero es más divertido si da peequis :-)

Así que, si vas a hacerme partida y quieres que me lo pase bien, se te tiene que dar bien improvisar. Además, porque nunca me pliego a los carriles que vea: actúo buscando la forma más segura y lógica (tengo una lógica retorcida) de seguir la partida.

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