martes, 10 de diciembre de 2013

¡Que no seas tonto, que el fuego quema!

Si alguien se inventara una historia sobre nuestra clase política, estilo "el PP se ha dedicado a financiarse con dinero de las viejecitas y se lo gastaba todo en misas negras, homeopatía y safaris de cazas de focas blancas". O el PSOE, o CIU, o cualquiera de estos, ERC, PNV, IU (o abierta, o plural, no sé, esa gente me tiene despistado con los nombres), y a la historia de mentira le diera cierto "viso" de credibilidad, prácticamente todo el mundo se lo creería.

Y eso es muy triste, porque significa que tenemos menos que confianza cero en nuestros dirigentes. Es gente a la que no sólo confiamos eso que dicen "administración de la cosa pública", no es sólo nuestros dineros: es todo. Es nuestra vida, nuestra libertad, nuestro futuro y el de nuestros hijos. Que si a la mayoría pensar en las generaciones venideras, tipo "hijos de nuestros hijos" nos queda lejos, ahí están, o estarán.

Y los pueblos necesitan confiar en sus dirigentes, necesitan creerles porque saben que no les van a engañar, no porque sean creíbles o parezcan de fiar, sean más o menos guapos o hablen bien. Chacho, es que ni siquiera tienen que hacerlo bien: podemos concederles hasta ser humanos y que la caguen, porque si confiamos en ellos y la cagan será responsabilidad de todos. Lo que no podemos es no fiarnos de ellos.

Ahora mismo, si sale Mariano, Rubalcaba o cualquiera de esta cafarna que tenemos viviendo del cuento, y dice "yo soy esto", y CUALQUIERA nos dice "no, es lo contrario", automáticamente creeremos al cualquiera, porque tenemos grabado a fuego la idea de que todos son iguales, todos mienten y todos se aprovechan de nosotros.

Tenemos una clase política que se ha ganado A PULSO que no les creamos y que estemos predispuestos a creer cualquier cosa mala, inmoral o ilegal que nos cuenten de ellos o que han hecho.

"Pues me han dicho que ha salido una noticia que Cospedal va a privatizar los derechos de autor de Don Quijote y los molinos de viento a una compañía de su marido". Y nos lo creemos. "Pues me han comentado que salió en la tele que Rubalcaba cuando era ministro del interior se gastó tropochientos millones en desarrollar un plan de lucha contra los zombis". Y, claro, nos lo creemos. "Oye, me ha dicho uno que leyó en internet que Rajoy va a ilegalizar no tener el carnet del PP" y zas, será verdad.

Básicamente, cualquier burrada que cuentes con tono serio, será creída.

Hasta ese extremo hemos llegado.

Y es que es tristísimo. Somos una sociedad que sólo confía en sus dirigentes y gente que vive de nosotros en la medida en que lo que sepamos de ello vaya en el sentido de que nos tangan y son unos vividores.

Pero no es culpa nuestra, es a lo que nos han acostumbrado.

Claro, es que lo malo no es eso. Lo auténticamente malo es que nos sigue dando igual. "Oye, que hay vídeos de Rajoy diciendo a Botín que o le regala millones y millones o le cierra el banco, y Botín dándole los millones". y no sólo nos lo creemos sino que... nos da igual.

Nos cuentan algo, lo damos por cierto, nos encogemos de hombros y ellos siguen haciéndolo. Nos gritan "¡que se jodan!" desde EL PUTO PARLAMENTO, hacemos unas bromitas y nos olvidamos.

Hoy me ha cabreado un titular. Enlace tal cual:


El titular: 
"Los datos sobre desigualdad que Rajoy no quiere ver"

Y me ha salido del alma. Señores, que ya está bien. Que no es que no los quiera ver, que los ve, que lo sabe, QUE LE DA IGUAL, QUE LE RESBALA, QUE SE LA SUDA. 

A ver si lo entendemos de una vez por todas: que no es que no se enteren, que no es que sean torpes, que no es que hagan lo que les da la gana porque son unos cabrones. Que es que les damos igual, joder. Que es que hacen lo que quieren porque les dejamos. Que no son el ciego del Lazarillo, que son el Lazarillo, que ven al de al lado cogiendo dos uvas y como nadie les dice nada, cogen tres, que es que SOMOS TONTOS.

Es que es así. A lo mejor individualmente, cada español es un crack. Bueno, cada español, cada alemán, USAmericano, europeo, lo que quieras. Pero como conjunto somos unos imbéciles de lo peor. Como mente colmena no pasamos de coeficiente cuatro, que es que nos cuesta respirar y hablar al mismo tiempo. "¡No hay pan para tantooooohhh... fútboool" "¡No nos repreeeenoooooh... la Esteban ha vueltoooo boniiitoooo... brillaaaaaa".

Rajoy y sus siete enanitos no han parado de mentir y de robarnos desde que llegaron. Literalmente. Lo único que han cumplido es la putada semanal de cada viernes tras el consejo de ministros. Si han demostrado una cosa es que su palabra no vale NADA. Que son mentirosos, embusteros, que sabes a ciencia cierta que si dicen algo, es mentira.

Pero se pasan dos semanas diciendo "eh, gente, fin de la crisis", y vuelven a subir en las encuestas. 

¡¿PERO ES QUE ESTAMOS GILIPOLLAS O QUÉ?!

En un país con un coeficiente colectivo normal, no ya de genios o de gente inteligente, normal: pongamos que si la mente colectiva fuera la de una persona, España fuera alguien capaz de, no sé: controlar sus esfínteres y saber que si mete la mano en el fuego, pupa. Pues en un país así, el PP y el PSOE sacarían una cantidad de votos cercana a ellos: sus militantes y ya está. Pero es que NI UNO más. 

Pero no. En esta comparación, España es un país que se caga y se mea encima y que ve fuego, mete la mano, se quema, "¡ay!", lo mira, dice "fuego bonito, fuego brillar" y volvemos a meter la mano.

Y si fuéramos una sociedad normalita, que tuviera claro lo que es la democracia, supiera lo que le conviene, no metiera la mano en el fuego una y otra vez, y tal, esta gentuza estaría en la cárcel. Diría que colgando de las farolas, pero no. No porque repudie la violencia ni nada de eso, sino porque morir es demasiado bueno para ellos. Cárcel para toda la vida. Mételes de cuatro en cuatro en celdas de treinta metros cuadrados. A ellos y a sus compinches.

Pero no, porque somos tontos, nos quemamos, miramos al fuego y volvemos a meter la mano.

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